martes, 21 de junio de 2011

Un Buscaracas llamado deseo

Hará hace cuatro años ya que los caraqueños sufrimos por el colapso causado por la construcción del novísimo sistema llamado Buscaracas, el cual viene a constituir una réplica mal copiada en cuanto a edificación de los mecanismos de transporte masivos implementados en varias ciudades de Latinoamérica como es el caso de Bogotá (el Transmilenio) y recientemente el que se puso en marcha en Argentina.
En Caracas la obra comenzó durante el gobierno del alcalde Freddy Bernal, en el 2007. Desde un principio la aceptación fue de amor y dolor, pues el  grueso de los transportistas que circulan por la ruta Fuerzas Armadas y Nueva Granada (las dos avenidas pilotos del plan) no veían con buenos ojos el desplazamiento que les caería encima cuando comenzara a operar el Buscaracas. Hablamos de casi 800 conductores que defendían sus parcelas y con quienes el mandatario local, en un principio, hizo un intento de negociación para una posible indemnización.
Transcurrido los años, no se le vio el queso a la tostada.Pero aún así una y otra contratista abrían aceras, brocales y tumbaba árboles, mientras el proyecto pasaba de mano en mano. A la salida de Bernal, lo retomó el actual alcalde Jorge Rodríguez, quien no pudo con la obra. Luego el ministro de Infraestructura para ese entonces, Diosdado Cabello juró casi colocando las rodillas sobre los escombros que la obra no se volvería a parar (nos remontamos al 2009), y luego de eso pasaron como cinco meses que no se levantaba polvo en la construcción. Luego llegó Francisco Garcés al ministerio que pasó a llamarse de Transporte y Comunicaciones. Él tomó la batuta para luego pasarle el proyecto, de nuevo modificado, al Fondo Nacional de Transporte, ente que ha tenido una nula participación en las mesas de negociación con los  transportistas.
A la fecha se habla de un poco más de 80 por ciento de avance. Y se aseguró, de manera oficial, que para el entrante mes de agosto se empezarían las pruebas de la primera fase del novísimo sistema.
Aquí podría mencionarles las bondades del Buscaracas, esas que proporcionaron hace casi ya cuatro años. Pero sería caer en ofertas tipo electoral. No obstante prometo en otra entrega darle datos técnicos del diseño inicial, para que no lo tomen desprevenido cuando en vez de autobuses articulados, vean rodando los metrobuses caraqueños. ¿Se trata esto de la estafa más grandes ocurrida en nuestras narices?

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